lunes, 28 de octubre de 2013

Reflexión en Blanco

"El Terror a la Página en Blanco", así iba a llamarse esto hasta que, de repente, me puse a escribirlo. Ese terror existe, como muchos otros, y nos afecta también a los que no escribimos por obligación. Asumámoslo, sentarse delante de una página en blanco, ya sea esta digital o real, asusta. Claro está que asusta más si es una situación en la que se debe rellenar el espacio cumpliendo con un tiempo límite y más aún si luego alguien va a revisar y juzgar lo que has escrito, cosa que suele suceder.

A algunos este miedo casi escénico les viene por falta de ideas y es entonces cuando se aferran a eso de "que la inspiración te pille trabajando". El fallo está en que el hecho de que te plantes delante de un folio y te pongas a "trabajar", es decir, a mirar el folio y su blancura, el bolígrafo y sus formas, la tinta que le queda, los pliegues de la cortina, etc, etc... No implica que te vaya a venir la inspiración. Parece algo obvio, pero los escritores a veces somos así de cerriles. A otros les entra el pavor porque no son capaces de llevar al papel la multitud de ideas que tienen en su burbujeante cabeza y entonces deciden coger otro folio y llenarlo de anotaciones, esquemas, dibujitos y cosas así que al final terminan por no convencerles y regresan al folio que, evidentemente, sigue en blanco y todo vuelve a empezar.

Quizás pueda parecer que voy a dar algún consejo o a contarles mi secreto para superar este pavor, pero no. Nada más lejos de la realidad. No soy nadie para aconsejar a nadie cómo escribir y además he escrito esto simplemente porque escribo, me apetece y me gusta escribir y ya está.

4 comentarios:

Shotta-K dijo...

"El fallo está en que el hecho de que te plantes delante de un folio y te pongas a "trabajar", es decir, a mirar el folio y su blancura, el bolígrafo y sus formas, la tinta que le queda, los pliegues de la cortina, etc, etc... No implica que te vaya a venir la inspiración."
Qué bueno eso. Pero, por como dices al principio, para el que no escribe por obligación, escribe por inspiración, por un torrente de ideas que le vienen en un momento dado.
¿De dónde nace ese miedo entonces? Tal vez, ante un intento de sinceridad, temer por escribir sobre un espejo? ¿por reconocernos (lo que, realmente, no se quiere) y una vez escrito ya está dicho?

MIGUELo dijo...

Pues quizás ese es el miedo, sí. Como dices, el plantarse delante del espejo del folio, para quien escribe por sacar lo que lleva dentro.

ἀπόκρυφος λήθης dijo...

Es que eso de la inspiración... No sé, no me creo las casualidades y eso de la inspiración sería como una casualidad. Lo veo igual más que salga algo que decir. Entonces sería como el qué, ni idea. El "ya está" me ha hecho escucharte. Quien bien te quiere te desbrozará.

Elperroandalú dijo...

Esos espacios en blanco son caminos infinitos, hay que tener el valor de andarlos