lunes, 26 de diciembre de 2011

Papi, ¿dónde está mamá?

No he sabido qué decirle a nuestra pequeña Sofía.

Ahí estás, bailando entre las llamas, retorciéndote rítmicamente al compás que marca el fuego que devora tus fotos. Tus últimos susurros se escapan al cielo por el hueco de la chimenea, encerrados en las palabras de las pavesas que salen volando, huyendo del íntimo calor que hace arder tus cartas. Y como un arca de Noé apócrifa, esta hoguera consume todos tus peluches a pares. Tus amadas partituras jamás volverán a ser tocadas, como tus suaves senos, pues arden ya sin fin. Tampoco tus cuadros volverán a ver la luz del pincel que empuñaban tus delicadas manos de madre, su única luz ahora es la del fuego. Nunca más abrazarán tus ropas tu cuerpo de dehesa, pues abrigan ahora el corazón de la encina que muere en el hogar. No volveré a despertarme viendo cómo tu pelo es el peine que peina el velo de la mañana. No volveremos a grabar nuestros nombres sobre tu vaho en cualquier cristal. Volveré a no saber qué decirle a tu madre cuando esté en tu casa y no estés tú delante. Tendré que acostumbrarme a bailar solo delante del espejo y a que nunca más me sabrá la boca a la hierba de tu nombre. Tendré que morirme y nacer otra vez yo solo, sin tí. Memorizaré esta hoguera y será nuestro último secreto, el encuentro furtivo final.

¿Por qué tuviste que vengar a tu padre?

sábado, 26 de noviembre de 2011

El Dragón del Mar de la Estrella

No te puedo robar, no te quiero arrebatar, miento si digo que me has dejado de interesar, afirmo que no me dejo engatusar. Y en el desencanto está lo hermoso, pero cojo la rosa con guantes y esa botella que parto dentro de mis tripas es la sangre que me bebo. Se ve florecer otro verso, en la tumba de todos los poetas muertos, ya no dejo lirios allí, los dejo morir en mi lecho.

Va sobrevolando el campo, maltrecho, dejando regueros funestos y mientras tanto, la tierra, haciendo del reguero acopio, tiñe las amapolas de rojo y negro. Plata y oro, chocolate y café, vete a tomar por culo o démonos el lote. Punto y seguido durante más de veinte años.

Directo, crochet, maxilar, costillar. Buena cena esta, ¿no? Finalmente añadiré el principio. No son estos dedos torpes quienes moldean ese cuerpo níveo, no son estos pensamientos oscuros quienes moldean esa realidad ebúrnea, no son estos pasos firmemente flojos los que abren esa senda marmórea y en definitiva, para empezar, todo queda negro.

Jódanse, jódanse, en todos los sentidos, a mí déjenme tranquilo, más quiero decir. Luego me dicen que mis textos son muy ambiguos, este está muy claro, ¿no?

domingo, 11 de septiembre de 2011

La mayor invención

- Señores, el cerebro del sujeto es pura matemática. Resuelve cualquier situación buscando una incógnita que resolver mediante una ecuación simple. Las posibles soluciones y planteamientos pueden ser millones, él va resolviendo y descartando hasta dar con una identidad para la incógnita de una fiabilidad siempre superior al 70%. Este porcentaje puede resultar baladí, pero pensemos que la vida no son matemáticas exactas, por lo que un resultado de este calibre es la enorme mayoría de las veces totalmente funcional. Quizás el proceso de eliminación que el sujeto lleva a cabo hasta dar con una solución fiable pueda parecer largo, pero lo asombroso es que realiza cientos de operaciones en cuestión de un par de minutos. Hablemos ahora de los campos que abarca... ¡todos! Con su proceso mental es capaz de resolver situaciones de índole social, económico, religioso, personal, psicológico, cualquier cosa. Durante los 35 años que ha durado el experimento, tras los primeros 15 años de adaptación del sujeto, hemos tenido a un grupo de reputados expertos en diversas áreas que van desde la lógica computacional hasta la educación infantil, trabajando en exclusiva para lograr plantearle un problema que no haya sido de capaz de resolver o al menos de dar una solución parcial. Como les decía en su invitación a esta presentación...

- Disculpe, pero no me aguanto sin decir, y perdón por la falta de academicismo en mis palabras, que no estamos ante la mayor invención del ser humano si no ante la mayor putada que un humano le ha podido hacer a otro. Sólo tengo una pregunta para vuestro conejillo de indias: ¿Qué es para ti la libertad?

Por la cabeza del "sujeto" pasaron cientos de ecuaciones y a la vez, cientos de barrotes, cientos de palizas recibidas, cientos de insultos cada vez que se equivocó, cientos de inyecciones, cientos de subnormales con batas blancas haciéndole preguntas estúpidas... No pudo más, su organismo decidió dejar de ser un esclavo en ese mismo instante y se paró. Lo curioso es que con la muerte, había dado la mejor respuesta de toda su vida.

miércoles, 22 de junio de 2011

Tesis doctoral. Introducción.

Mi hermano aún no lo sabe, pero llevo años matriculado en la carrera que él imparte: Licenciatura en historia, creación, crítica y difusión de música daño.

Recibí varias clases magistrales de gente como el oscuro y familiar Tito Mon, que me enseñó a elegir buenos títulos para los discos daño y las secciones de música daño de este blog, recordemos la célebre "Pedro J's Musics".

También hice algunos cursos con una de las leyendas vivas de la creación de temas dañinos, Pela, que forjó en mí un amplio deseo por ser monaguillo además de proporcionarme las herramientas necesarias para versionar bien una canción y crear nuevas melodías con letras dañinas.

Para complementar mi formación, asistí a algunas ponencias impartidas por otra de las leyendas de este noble arte, Macías (os aseguro que el link es resultado de buscar Jorge Macías en google), quién me enseñó que se pueden hacer canciones con todo. Mítico el tema de "El Popi".

Con todo esto, y tras algunos años de prácticas, quiero comenzar mi tesis doctoral en tan bella materia. Esta tesis, versará sobre varios hechos que se dan en el mundo de la música daño y contará con capítulos dedicados a la historia así como otros dedicados a anécdotas y curiosidades.

Sirva como breve adelanto este tema de uno de los personajes que trataré en mi tesis:


viernes, 3 de junio de 2011

Vasos comunicantes

Abrió la mesa plegable, colocó minuciosamente vasos de diversos tamaños con distintas cantidades de líquido. Lo hizo sin prisas, se tomó todo el tiempo que quiso. No dijo ni una sola palabra en todo el rato. Allí estaba, llenando vasos con precisión científica, de espaldas a las treinta personas que la observábamos curiosos. Parecía mimar los vasos como si fueran hijos suyos. Los iba colocando sobre la mesa con un cuidado extremo, cada vaso tenía su lugar exacto en la mesa. Nada era aleatorio, todo estaba calculado y medido hasta extremos propios de un loco.

Me intrigaba muchísimo saber qué iba a hacer luego con esos vasos. ¿Un concierto? ¿Una reacción química? Los treinta ojeadores nos moríamos de curiosidad. Ya no teníamos uñas y más de uno levantaba la cabeza ansioso por ver más. El silencio era total.

De repente se dió la vuelta, nos miró, la miramos, se puso detrás de la mesa y, sin mediar palabra, pegó una patada por debajo a la mesa, haciendo saltar los vasos por todas partes en una orgía de ruidos, cristales rotos y fluidos. Se acabó, había dedicado más de veinte minutos sólo para reventarlo todo después en un abrir y cerrar de ojos. Por último, entre la estupefacción general, sacó un DNI sin foto ni nombre y lo puso en el suelo sobre todo aquel caos material y al lado colocó un acta de defunción también anónima.

Ahora lo entendí todo.

martes, 26 de abril de 2011

Último acto

El blues de las gotas de agua hacía bailar los charcos bajo los pies de la gente. Los agitados pasos repicaban como baquetas por los adoquines. Los truenos hacían las veces de graves trompetas con voz de James Brown. Las luces de neón de las nubes alumbraban el camino al escenario. El humo de la ciudad era la niebla para mi entrada. Las estrellas eran las lentejuelas de mi traje y la luna un micrófono muy caro. Los gatos hambrientos hacían los coros. El "clink" de los hielos contra el vaso era pura geometría musical. La striper se movía por la barra como las manos en un solo de guitarra. Las risotadas obscenas de los viejos tan verdes como sus billetes caían pesadas y pesados como el ostinato de un bajo. Los bises de alcohol atareaban a las rítmicas camareras...

- Bien, ¿qué pasó entonces? - preguntó la psiquiatra ante la pausa.

Que no pude aguantar más, accioné el detonador y cayó el telón.

miércoles, 30 de marzo de 2011

La Odisea (milésima parte)

Todo ha comenzado en el punto en el que he visto en tus ojos una esfera blanca en cada pupila y dentro de ella una imagen como vista a través de la mirilla de una puerta. Era una silueta en negro, más alargada de lo que es en realidad, cuando me he dado cuenta de que esa silueta era yo, he sentido la necesidad de irme y así lo he hecho.

Mi camino ha comenzado cerca del gran horno, pasando por en frente de la enorme muralla que nos separa de los ricos y nos acerca a sus carruajes, hasta hay recipientes a los pies de este muro para recoger la mierda de sus caballos, pero ahora debían estar vacíandolos. A esto le ha seguido una funeraria temporal, el taller de un inventor diabólico y por último, la tienda del buhonero donde las plantas dan frutos de caramelo.

Continué decidido hacia mi destino y me topé con la posada donde los caminantes derrumbados aguardan alguien que les lleve a casa plácidamente. Me concentré para no detenerme allí, pero un anciano me sacó de mi ensimismamiento preguntando por la posada Foro Griego, ni idea, no suelo fijarme en los nombres de las posadas. Seguí avanzando hasta superar el Paso del Cabaret, con sus estandartes y su foso. Llegué a la puerta del boticario tras pasar por la garita del alistador oficial (alístate y verás mundo, decían), me detuve y olfateé el aire cargado de especias.

Un caballero negro se aproxima altanero, el trote de su caballo y la erguida pose del mancebo que lo cabalga me asquean, sucios orgullosos. Ahora viene el mejor punto de todo el viaje, una biblioteca de cosas raras, abandonada ya hace tiempo bajo la falsa promesa de una mejora imposible, qué viejos recuerdos, qué reliquias me aguardan en casa que salieron de allí, qué tiempos aquellos. Adelante, una posada que ahora que me fijo es por la que preguntaba el anciano, debo estar senil; al otro lado la modernidad que invade el antiguo camino. El cadáver de un monstruo alado aguarda pisoteado en el suelo. Están llegado bienes a la posada, pero no entiendo por qué están tan envueltos. Qué caos, de repente un carro surge de la pared, casi me mata, huyo, un anciano me impide el paso y he de hacer piruetas para no matarnos. Ya más calmado miro al edificio añejo de enfrente, me da pena que tuvieran que irse de allí todas esas madres con sus hijos aunque nunca las conocí.

Tomaré el atajo de siempre, pero hoy lo tomo con gusto. Cuanta gente besándose de repente, ¿se acerca el fin del mundo? ¿Qué hay de nuevo, vieja? Dos gitanos tratan de venderle un perro pulgoso a un viejo, el viejo mira sus dientes, aconsejo no comprar, el viejo compra. La placita de los vendedores de muertos, sus ataúdes compartidos, un caminito lleno de tabernas, un centro de sabiduria, otro atajo, la casa de los cartógrafos, alquimistas y por fin llego a Ítaca.

- ¡Hola mamilu!

sábado, 19 de marzo de 2011

Un tirso florido

Se abrió el telón y Marzo hizo su aparición, galante, engalanado, con voz de hiedras y madreselvas. Los jóvenes han comenzado a cortarse el pelo y sus flores se abren para entrada de capullos. Dejemos que caiga el mito sobre un lecho de pechos desnudos, lluvias de vino blanco, correazos en el culo y allí donde flota todo lo que está inventado, hundamos un barco en llamas lleno de ideas. Aguas venideras desde nubes plañideras, quién te iba a decir que el regaliz de tu boca se volvería dulce, que esnifarías el polen de mil flores, en un descapotable con el Sol de copiloto. Marzo primavera de ropas ligeras, miradas que florecen donde muchachos desnudos fallecen. Tanto zángano que no sabe ni puede libar y tanta abeja que menea coqueta su cintura.

Música, risas que se escapan en un velo de sonrisas, lágrimas que se escapan entre sábanas revueltas y no penséis que son de llanto o de dolor, ni de espanto, sólo de calor. ¿Habéis visto al niño de acero que se hizo sólido? Un tiro en la sien, mil, los tiros y las sienes, son cienes, campos de centeno centenarios, aquí estamos somos varios entre ovarios que germinan un Marzo florido.

Os he visto bien, entre cervezas y guarrerías con vino. Dragones en la selva, acorazados Potemkin, 34 horas de viaje y todo se vuelve de color de labios. Echando de menos a todos aquellos que están a kilómetros pero no se han ido nunca, hoy somos la espora que viaja a vuestras ventanas, posada en el alféizar musitando letanías, da igual que no entendamos. Baila, písame la boca, quítale las arrugas a mi masa gris, hazme entontecer, hazte de noche a cualquier hora del día, bésame, babéame el pecho, ponle las arrugas a mi cara, hazme poeta, hazte de día después de cualquier noche, fóllame, golpéame las rodillas, quítale la anchura a mis hombros, hazme preso, hazte cárcel libertina.

Vino Marzo con un tirso lleno de flores, lo clavó en el suelo frente a mí, posó sus manos de ramas sobre mi cabeza y estalló llenándolo todo de pétalos color sangre y semen.

domingo, 6 de febrero de 2011

Febrero

El trozo de mierda salpicó más de un culo al caer. Ya no sabemos como huir y realmente no sé si podemos. Cada uno tenemos un laberinto con Minotauro incluido, cada uno sigue el cordel a su manera: él se para en cada cruce y se pierde, liando el cordel, haciéndolo inservible, a veces creo que quiere perderse allí para siempre, pero luego es la mejor plañidera; ella o mejor dicho ellas o quizás algunas y otras no o yo que sé si nadie sabe, siguen el cordel a su ritmo y cortan y unen a su antojo, sabedoras de que el Minotauro caerá a sus pies sin complicaciones, ansioso como está, dominado por su parte de toro, parece que les gusta, pero luego también son buenas plañideras que acaban cayendo en el juego del semihumano; tú simplemente pasas por allí, de un modo casi turístico, abriendo mucho la boca ante las maravillosas desgracias que el laberinto te ofrece y sacando alguna foto ocasional y yo sigo el cordel meticulosamente, sin prisa pero sin pausa, deshaciendo enredos que me impiden avanzar tranquilo, sin prestar demasiada atención a lo que ocurre en los pasillos, pero siendo inevitablemente arañado por sus habitantes.

Soy un guerrero de causas que sólo a mí me importan, si mi trozo de mundo no gira, hay que seguir sacando mierda, pico y pala. Luego no se luchar bien por mí mismo. Complejo de herramienta otra vez, una vez más. Perder el interés y dejarse vencer por la apatía, que intenten desfibrilarte y no reaccionar al calambre. Yo sigo en mi burbuja, asomándome al balcón para ver las estrellas sin telescopio y luego tirarme en la hierba, pero no me dejan.

Febrero, maldito febrero. He aprendido a odiarte según has ido repitiéndote en mi vida. Siempre traes la tormenta, el rayo, el fuego y eres un mes de invierno frío, solitario y oscuro, que te jodan.

martes, 1 de febrero de 2011

Nadie las ha pedido, pero aún así, explicaciones

Hoy no voy a publicar aquí nada de "literatura", simplemente voy a comentaros algunos de los motivos que me han alejado de este blog, puesto que en el de La Famiglia y en el Tuenti he seguido publicando aunque con poco ritmo. Algunas de las cosas que diga aquí serán obviedades, me harán parecer snob, gilipollas, un flipao, un tontunel, un ñoño y demás apelativos cariñosos, pero es lo que hay. Quienes me conocéis y pasáis tiempo conmigo o mantenéis contacto frecuente conmigo ya sabréis lo que voy a comentar sin necesidad de leerlo, pero en cierto modo me siento obligado a explicar algo por la gente que me lee sin que yo lo sepa o quizás hasta sin conocerme.

Vayamos al grano. Hay una clave básica para que yo escriba, tengo que tener algo que me incite a una reflexión profunda. Me explico, algo así como algún tipo de reto mental basado en la comprensión de una persona, períodos de máxima observación de detalles (salir a pasear solo y sólo para fijarme profundamente en detalles de las calles que normalmente no observamos, ¿habéis pasado alguna vez por la calle Gran Capitán? Yo tampoco lo había hecho hasta hace poco y para mí fue un momento que me hizo reflexionar mucho u ¿os habéis sentado en un banco sólo a mirar la expresión corporal de la gente o todo lo que pasa a vuestro alrededor en un momento?) o simple rayada mental propia de un veinteañero. Mucha gente denomina esto como "tener algo que te haga estar jodido" y ya decía Lechowsky que "donde duele inspira", pues más o menos eso necesito para escribir. Ahora estoy volviendo a escribir mucho, atravieso una etapa de observación minuciosa, pero he estado bastante tiempo desconectado de mí mismo.

Otra de las claves es mi entorno social, varios colegas míos han afrontado dificultades ahora y como supongo que es comprensible, he preferido dedicar parte de mi tiempo a ellos en vez de invertirlo en escribir. Aparte, la gente que me inspira, gracias a las conversaciones profundas que mantenemos, anda liada con exámenes y demás trámites académicos. A todo esto es necesario añadir que ha habido varias fiestas, cumpleaños, reencuentros, visitas a amigos que ya casi eran desconocidos y simple desfase vacacional.

Y por último como clave que os voy a desvelar sobre mi ausencia de este blog, es que me cuesta mucho decidir qué publicar aquí. Es MI blog y eso lo hace especial, no colaboro con nadie aquí, no tengo ninguna responsabilidad real con este espacio pero siento la obligación de hacer una mayor criba de mis textos para este trocito de mí que para otros, intento publicar aquí cosas de extensión superior a las de otros medios que uso y con unas líneas más concretas (aquí hasta uso personajes con identidad). Soy mucho menos críptico aquí que en otras plataformas y tiendo a menos oscurantismo, cuento historias que tienen menos que ver conmigo, soy capaz de hacer hablar a gente que no soy yo y todo eso requiere un mayor esfuerzo.

En fin, seguiría escribiendo sobre tonterías así, pero temo aburrir y haberme excedido ya en palabrería barata.

Un cordial saludo,

Miguelo.